Fotos y oración de consagración

Consagración del curso

Oh María de los Llanos, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en este inicio de curso, recurrimos a ti.

Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz.

Hoy, en el ferial, cerca de tu capilla,  recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. Repite a cada uno de nosotros: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio.

Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2,3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, cuando en nuestro corazón aparezca la desesperanza, la falta de alegría o el desánimo.

Acoge, oh Madre de los Llanos, nuestra súplica.
Tú, estrella del mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de las envidias y odios.
Tú, arca de la nueva alianza, inspira proyectos y caminos de juventud.
Extingue el desánimo, aplaca la pereza, enséñanos a amar.
María de los Llanos, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.
Reina de la paz, te pedimos por nuestra capital y provincia de Albacete.

Madre, queremos acogerte en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, de fiesta y feria al comienzo de este curso. Necesitamos y queremos encomendarnos a ti, consagrarnos a Cristo a través de ti. Los jóvenes albaceteños, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón palpita por ellos y por todos los jóvenes del mundo.

Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la juventud albaceteña. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, bendice nuestro trabajos, proyectos y familias.

Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre nuestros trabajos y sueños. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. Tú que eres “fuente viva de esperanza”, da luz a nuestros trabajos y proyectos en este año. Tú, María de los Llanos, que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz y alegría. Amén. 

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